"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Decir no


Hay muchos tipos de jetas. Uno de ellos es el "coleguilla". Hoy ha llegado al hotel uno de estos ejemplares. Siempre siguen el mismo plan de ataque. Empiezan buscando un vínculo de amistad, incluso familiaridad, que cree simpatía por ellos. En este caso, como el hotel lleva el nombre de una famosa localidad española, se apresuró a hacer notar que él era de un pueblo de al lado de esa localidad.

- ¿Tenéis algo que ver con ello?
- Sí, los dueños son de allí.
- ¿Y están aquí ahora?
- No, hasta mañana ya nada.
- A ver si los veo, y hablamos...
- Son cinco noches, ¿verdad?
- Sí, bueno, todavía no lo sé muy seguro, a lo mejor un día menos, pero ya veremos. Oye, para pagar, ¿cómo hacemos?, porque la factura...
- La noche anterior a la salida se puede arreglar, cuando ya se sepa cuándo va a ser. ¿Por qué, va a nombre de empresa o algo así?
- No, bueno, es que hay un tema que... a lo mejor te pido que me pongas un día menos.
- No hay problema, la factura se puede fraccionar. Una factura para unos días, otra factura para otros.
- No, no es eso, es que igual te pido que me pongas, no sé, en vez de cuarenta euros, sesenta, o...
- Huy, no, eso ya te digo yo por adelantado que no puede ser.
- ¿Noooo? Pero si lo hacen en todas partes de España.

Ése suele ser el primer argumento: por lo visto, somos los únicos que no inflamos facturas. Me hago la sorda.

- Tú habla con quien quieras, pero no creo que prospere la moción.
- ¡Pero si a vosotros no os afecta para nada!

Ya salió el segundo argumento. La conversación terminó en breve, al comprender claramente que la cosa no dependía de mí. Hablaría con los dueños, a ver si había más suerte con ellos.

Cuando llegó una de las personas competentes, le expliqué el caso.

- ¡Pero bueno, menudo morro! -se indignó- Casi tiene uno que avergonzarse de decir "no", más que ellos de proponer algo ilegal. Si te vuelve a decir algo, dile que es él quien ha de darte una explicación convincente de por qué DEBES hacerlo, y no tú a él de por qué no lo haces. ¿Entendido?

- Espera, que me apunto eso...