"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

domingo, 4 de abril de 2010

En la vigilia del sábado santo


La iglesia de Santa María Magdalena es famosa por su descomunal escudo

La iglesia de la Magdalena es una de las más tradicionales de Valladolid. La atienden un par de sacerdotes nuevecitos, recién salidos del horno (¡qué ricos!) Decidieron hacer el rito del cirio en la parte de fuera de la iglesia, en lugar de en el atrio, como era la costumbre. Los del bar de enfrente a lo suyo, nosotros a lo nuestro. Diez menos cuatro de la noche. Emoción. Fuego. Nos íbamos colocando.

- Tenga cuidado con las escaleras.- advirtió uno de los sacerdotes a una anciana señora que se aproximaba demasiado al borde.

La hija de la anciana se retira para dejar sitio a su madre. Mi amiga Rosario se retira para dejar sitio a la hija de la anciana. Yo me retiro para dejar espacio a mi amiga y que la hija de la señora etc, etc... Pero el borde de la escalera no se retiró, permaneció inmóvil y no pude hacer nada, absolutamente nada, sino esperar a terminar mi recorrido como croqueta.

Ay, cómo ha de verse una: socorrida por dos caballeros que, a buen seguro, sobrepasan el doble de mi edad. Pero qué fuerza tenían.

Y la anciana señora, ilesa.

- ¡Maldita sea, se me ha roto la vela!- dije a mi amiga, ya dentro de la iglesia.
- ¡Je! Lo extraño sería que hubiera sobrevivido.

Todavía me duele a babor. Y también me duele el orgullo. ¡Aing!

Feliz Pascua a todos.